sábado, 14 de febrero de 2015

Cuanta verdad!!!




Cierta vez preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido, aquel que ella mas amaba. Ella, dejando entrever una sonrisa, respondió: ” Nada es más voluble que un corazón de madre, y, como madre, le respondo: el hijo dilecto, aquel a quien me dedico en cuerpo y alma:
Es mi hijo enfermo, hasta que sane.
El que partió, hasta que vuelva.
El que está cansado, hasta que descanse.
El que está con hambre, hasta que se alimente.
El que está con sed, hasta que beba.
El que está estudiando, hasta que aprenda.
El que está desnudo, hasta que se vista.
El que no trabaja, hasta que se empleé.
El que se enamora, hasta que se case.
El que se casa, hasta que conviva.
El que es padre, hasta que los críe.
El que prometió, hasta que cumpla.
El que debe, hasta que pague.
El que llora, hasta que calle.
Y ya con el semblante bien distante de aquella sonrisa, completó: El que ya me dejó… hasta que lo reencuentre…”
Una madre siempre ve en su hijo la esperanza dormida que un día despertará. Su fe siempre la sostiene. Madre es madre, aunque el hijo se olvide de ella.
Así es y así será por siempre

viernes, 13 de febrero de 2015

¿Que se siente ser vieja?... Otra versión.

 Ser vieja es esto, es el mirar esta foto, reírme de mi misma e igual compartirla
para arrancarle una sonrisa a alguien mas. El hacer el ridículo sin importarme el que dirán, sin complejos, orgullosa de ser como soy.




El otro día, una persona joven me preguntó: -¿Qué sentía al ser vieja?-
Me sorprendió mucho la pregunta, ya que no me consideraba vieja. Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó, pero le expliqué que era una pregunta interesante. Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo.
A veces me sorprendo de la persona que vive en mi espejo. Pero no me preocupo por esas cosa mucho tiempo. Yo no cambiaría todo lo que tengo por unas canas menos y un estomago plano. No me regaño por no hacer la cama, o por comer muchas "cositas" de más. Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, ser extravagante y pasar horas contemplando mis flores.
He visto algunos queridos amigos irse de este mundo, antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo.
-¿A quién le interesa si elijo leer o jugar en la computadora hasta las 4 de la mañana y después dormir hasta quien sabe qué hora?-
Bailaré conmigo al ritmo de los 50's y 60's. Y si después deseo llorar por algún amor perdido...¡Lo haré!
Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini. Ellas también se harán viejas, si tienen suerte...
Es verdad que a través de los años mi corazón ha sufrido por la pérdida de un ser querido, por el dolor de un niño, o por ver morir una mascota. Pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza y nos hace crecer. Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto. Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente como para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan  surcos mas profundos en mi cara.
Ahora bien, para responder la pregunta con sinceridad, puedo decir: -¡Me gusta ser vieja, porque la vejez me hace más sabia, más libre!-.
Se que no voy a vivir para siempre, pero mientras esté aquí, voy a vivir según mis propias leyes, las de mi corazón. No pienso lamentarme por lo que no fue, ni preocuparme por lo que será. El tiempo que quede, simplemente amaré la vida como lo hice hasta hoy, el resto  lo dejo en manos del destino.
Anónimo

jueves, 12 de febrero de 2015

No sufras....

Esto lo escribí hace como cuatro años cuando mi nieta rompió con su primer amor.




Hay momentos en la vida
que nos hacen tambalear,
hoy paso por uno de esos
y no puedo ni pensar.

Es que mi nieta esta triste,
el amor la abandono,
no se como consolarla
en esa gran desazón.

Quisiera poder decirle
que no sufra por amor,
de que seguro mañana
ya todo estará mejor.

Pero a un corazón roto
como hacerlo entender,
que son cosas de la vida
que tienen que acontecer.

Es una forma maligna
de tener que aprender
que el amor trae alegrías
pero tristezas también.

Que cuanto antes lo olvide,
mas rápido sanara
y que prontito,muy pronto
otro amor renacerá.

Yo se que no debería
ni siquiera parpadear,
pero al verla así sufriendo
no lo puedo soportar.

Virginia Pollero.

martes, 10 de febrero de 2015

SI LAS MUJERES ENTENDIERAN


Si las mujeres entendieran… que los hombres también tienen miedos, pero sin tanto permiso para mostrarlos.
Que hay emoción en el ruido de un motor o en el grito de un gol.
Que valoran mucho más el exceso de sonrisas que tres kilos menos.
Lo abrumador de ser el sostén económico de una familia.
Lo que es tener que ser valiente, poderoso y exitoso a toda hora.
Lo molestas que son las comparaciones con “el marido/novio de”.
La necesidad que tienen de un abrazo que no siempre saben pedir.
Lo difícil que es comprender lo que nunca les han enseñado.
Las lágrimas que no se animan a llorar.
El poder que tenemos sobre ellos.
Que ellos también pasan noches sin dormir.
Que necesitan silencio como nosotras charla.
Que no andan por la vida pensando en cómo lastimarnos.
Que son más débiles de lo que su altura y músculos dirían.
Que sacar lo mejor o peor de ellos está en nuestras manos.
Que piensan y razonan diferente.
Que sienten muy parecido.
Que demuestran sentimientos como pueden o como aprendieron.
Si las mujeres entendiésemos todo esto, si lográsemos mirar más allá de algunos olvidos, si nos diéramos cuenta de que no hay todos o ninguno, si pudiésemos sentir que para ellos la mejor demostración de amor es habernos elegido, si las mujeres bajáramos un poquito la guardia, los reproches y tantos reclamos, si pudiéramos incrementar las sonrisas, los brindis y la picardía y si los dejáramos hacer sin tanto mandato ni expectativa, comprenderíamos que somos lo que le da sentido a sus vidas. Como mujeres, novias, madres, hijas, hermanas o amigas.
Al final del día, donde se acaban las bromas, donde no hay público ni formas, donde solo queda un hombre y sus latidos, ahí estamos nosotras... con el que cada una eligió.
Gonzalo REAL

Hay frases de este relato con la cual no estoy de acuerdo, ¿que quieren decir cuando dicen que esta en nuestras manos el sacar lo mejor o peor de ellos?, si hacemos algo mal, que hacen, nos dan una paliza, por favor, que se deje de pavadas. Esta en nosotros mismos el sacar lo mejor de nosotros en situaciones buenas o adversas, que no nos quieran echar el fardo a nosotras.
Según este relato la mejor demostración de amor para un hombre es habernos elegido, como si nosotras estuviéramos en exhibición   desesperadas porque alguien nos elija, ¡¡¡ que payaso machista!!!, nos elegimos mutuamente y por supuesto que a un hombre que piense así yo no lo elegiría  ni que me lo regalaran con un millón de dolares. 
Lo dejo ahí, que cada cual saque sus propias conclusiones.

lunes, 9 de febrero de 2015

Vivimos en otros tiempos...





La vida ha cambiado mucho y muy rápido desde mi adolescencia a estos días.
Me sorprende la vorágine con que viven los jóvenes, pareciera que piensan que van a morir mañana y no van a tener tiempo de experimentar todos los retos que nos impone la vida.
Muchos, al no tener su personalidad completamente desarrollada se dejan influenciar con consejos de
personas que ni siquiera saben que hacer con su propia vida, me apena ver como se van perdiendo en un mundo sin conciencia, abusando del alcohol, drogas y sexo prematuro.
Por eso es que nosotros, sus padres, abuelos, adultos mayores y con experiencia somos los que les tenemos que empezar a hablar desde muy pequeños, ni bien tengan uso de razón,  Irles haciendo entrar en su pequeña mente en desarrollo pautas para que aprendan a tomar decisiones acertadas en situaciones perversas, nos tenemos que aggiornar, enseñarle a los chicos que si van a tener sexo deben usar preservativos, por un lado para no contraer enfermedades, explicarles de que se trata el sida, como se contrae y las consecuencias en caso de contagiarse, también hacerles ver como se arruinarían la vida con un embarazo no deseado, tener que hacerse cargo de un niño, todos los sacrificios que eso implica, traer una vida al mundo no es algo que se puede tomar a la ligera, ese pequeñito necesita ser alimentado, vestido, cambiado, mucho amor y tiempo de sus padre para crecer sano.
El pensar que no van a tener sexo a temprana edad es cerrar los ojos a la realidad, también por ese motivo cuando nos empezamos a dar cuenta que las chicas empiezan a hablar de noviecitos hay que llevarlas al ginecólogo y que les receten pastillas anticonceptivas para ahorrarles, si es que las amamos, dolores de cabeza a ellas y a nosotros mismos.
Seamos cocientes y no sigamos con los tabúes de antaño en que los padre no hablaban de sexualidad con sus hijos, hoy en día tenemos que hablar de todo, abrirles bien grande los ojos y desear que salgan airosos de los muchos obstáculos que se van a encontrar en esta existencia. La única manera que nos queda para llevar acabo ese cometido es educar, educar y educar.
  

No me interesa...



No me interesa saber cómo te ganas la vida. Quiero saber lo que ansías, y si te atreves a soñar con lo que tu corazón anhela.
No me interesa tu edad. Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.
No me interesa qué planetas están en cuadratura con tu Luna. Quiero saber si has llegado al centro de tu propia tristeza, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has marchitado y cerrado por miedo a nuevos dolores. Quiero saber si puedes vivir con el dolor, con el mío o el tuyo, sin tratar de disimularlo, de atenuarlo ni de remediarlo.
Quiero saber si puedes experimentar con plenitud la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con frenesí y dejar que el éxtasis te penetre hasta la punta de los dedos de los pies y las manos sin que tu prudencia nos llame a ser cuidadosos, a ser realistas, a recordar las limitaciones propias de nuestra condición humana.
No me interesa saber si lo que me cuentas es cierto. Quiero saber si puedes decepcionar a otra persona para ser fiel a ti mismo; si podrías soportar la acusación de traición y no traicionar a tu propia alma...
Quiero saber si puedes ver la belleza, aun cuando no sea agradable, cada día, y si puedes hacer que tu propia vida surja de su presencia.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo y el mío, y de pie en la orilla del lago gritarle a la plateada forma de la luna llena: "¡Sí!".
No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de aflicción y desesperanza, agotado y magullado hasta los huesos, y hacer lo que sea necesario para alimentar a tus hijos.
No me interesa saber a quién conoces ni cómo llegaste hasta aquí. Quiero saber si te quedarás en el centro del fuego conmigo y no lo rehuirás.
No me interesa saber ni dónde ni cómo ni con quién estudiaste. Quiero saber lo que te sostiene, desde el interior, cuando todo lo demás se derrumba.
Quiero saber si puedes estar solo contigo y si en verdad aprecias tu propia compañía en momentos de vacío".
Oriah Mountain Dreamer
Equilibrio Yoga