Cuando llegue ese día en que de mi último suspiro, cuando la luz de mis ojos ya no puedan ver a la personas que amo, ni ver florecer los jazmines, ni los niños correteando por la vereda. Cuando mis oídos no puedan oír las voces y risas de mi gente, ni escuchar el sonido de la lluvia, ni el zumbido del viento, ni el ladrido de mis perros. Cuando mis manos inmóviles no puedan ya volver a acariciar a mi hija, a mi nieta o a mi esposo. Cuando mi voz calle para siempre y no pueda contar mis anécdotas, mi historia de vida o dar mis consejos. Cuando ya nunca más pueda ver a mis hermanos, sobrinos, sobrino nietos y tener esas reuniones en que todos hablamos a la vez queriendo expresar todo lo que sentimos y queremos contar. Cuando ya nada de eso sea posible, lo único que quisiera es que mi paso por la vida haya servido para hacer a alguien un poquito mas feliz, aunque solo haya sido por un instante.
Virginia Pollero.
Virginia Pollero.
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