martes, 11 de marzo de 2014

Un insulto al pudor, denigrante...

Les voy a contar mi nueva experiencia en el sanatorio, como les conté, (ayer 10 de marzo), me sometí a una cirugía quirúrgica ambulatoria, les voy a hablar claro, como me gusta a mi relatar mis cosas. Fui para que me extirparan dos pólipos que tenía dentro del útero, la operación  fue vaginal. Aparte de tenerle fobia a los médicos siempre fui muy pudorosa, la primera vez que vi un ginecólogo fue cuando tuve a mi hija, en ese entonces vivía en Canadá, había conseguido un médico que hablaba español, era doctor en medicina general,  cuando quede embarazada de mi hija me atendí con Él, que lo único que hacia era ponerse el estetoscopio y sentir los latidos del corazón de mi hija en la panza, yo cada vez que iba lloraba de angustia, un día el doctor me llamó aparte y me pregunto que problema tenía, si no quería al bebé, o si mi marido no lo quería, si tenia problemas matrimoniales o que era lo que me pasaba que siempre lloraba, le dije entre sollozos que nada de eso, todo estaba perfecto con mi esposo y que estábamos mas que felices esperando al bebé, que lo que pasaba era que me angustiaba  y me ponía muy nerviosa solo el hecho

de ir a verlo. Cuando llegó la última semana de marzo y mi bebé no había nacido el médico me dijo que ese asunto ya no estaba en sus manos, tenía que ir al ginecólogo, su propia secretaria concreto una cita para que fuera y no fui, a la semana volví a ver al doctor y me lleve un gran rezongo, me dijo que era una inconsciente, que por la fecha que el tenía apuntada ya estaba pasada, que estaba jugando con la vida del bebé y otras cosas, todas con razón lo reconozco, otra vez me agendaron para ver al ginecólogo, por suerte mi hija nació un día antes de la cita, igual lo conocí en el momento del parto que con los dolores y todo ya no me importó nada.
Ahora después de casi 42 años en los cuales nunca me hice ni una mamografía ni un papanicolaou estuve pasando por el mismo suplicio y las lágrimas siguieron fluyendo y hasta a un siquiatra tuve que ir por este problema.
Mi cirugía estaba programada para las diecinueve y treinta, me hicieron ir dos horas antes, cuando llegué me llevaron a una sala donde había dos camas, una para mi y en la otra ya estaba ocupada por una señora operada de la columna, estaba acompañada de su hijo de unos veinte años.
A los veinte minutos entro una nurse, me dijo," te tenes que bañar con este jabón que es antiséptico y te pones esto que es con lo que te vamos a llevar al quirófano, seis y treinta estate pronta".
Debo decir que el personal del sanatorio fueron todos un amor, mi gran problema fue la vestimenta que te hacen poner antes de la operación, no se olviden que yo peso ciento veinte kilos, la indumentaria es talle único, mas o menos para una persona de sesenta kilos, o sea la mitad de mi talla, todo esta hecho de una tela descartable, mejor dicho no es tela es un papel flexible como tela.
Mi vestuario estaba compuesto por ponchito corto que no me tapaba ni la cola, un chiripa, que a mi me quedaba como un colaless, una cofia para la cabeza y unas medias, todo del mismo papel, en mi vida pase una vergüenza tan grande. Mi hija que fue la que me acompaño, cuando me vio con ese disfraz no podía parar de reírse y yo tampoco, dentro de toda mi timidez y pudor me arranco una risa y me hizo posar para una foto para pasarsela por celular a mi nieta y mi esposo que yo no quise que me acompañaran.
A las siete y quince  me vinieron a buscar para llevarme a la sala de operaciones, el muchacho que me vino a buscar con la camilla se dio cuenta del mal momento que estaba pasando con esa linda ropita que tenia puesta y me dijo, "no se haga problema señora, ya estamos acostumbrados a esto", yo igual le dije es denigrante tener que ponerse esto, porque no hacen unas túnicas grandes que les quede decente a los gordos y los flacos, El se reía.
Llegue al quirófano, ahí me dejo el chico que me llevo y me dijo que estuviera tranquila y me deseo suerte, un momento después se acerco otro chico a ponerme una vía para pasarme el suero y la anestesia, me dijo que era el ayudante del anestesista, mas tarde llego el anestesista y me pregunto si era su paciente y  aunque yo ya lo había visto antes en su consultorio, con la cofia en la cabeza no lo conocí, me pregunto que me iban a hacer y cuando le conteste dijo,"si usted es para mi, el cirujano ya esta llegando ", mientras tanto un encanto de enfermera me dice,"yo voy a estar aquí contigo sabes amor", junto con el anestesista me hicieron cambiar de la camilla que me llevaron a la del bloc quirúrgico, siempre  con mi disfraz pero tapada con una sabana por suerte. El cirujano no había llegado cuando la chica me dijo, " te voy a ir poniendo en posición para la cirugía", le dije no, espera un poquito que llegue el cirujano y espero.
Me mataba la vergüenza de estar en exposición hasta que llegara el cirujano, igual el momento llego, quería que me durmieran de una vez por todas y librarme de toda esa situación para mi denigrante por un lado y sanadora por otra.



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